Expediente 180 : Pensamientos [fragmento]
Cuaderno de Eliseo Baena con apuntes de Zoología y Anatomía. Libreta escrita por Luz Piña con pensamientos, poemas y una carta de despedida a sus hijos. Testamento e identificación de Regina Piña Razo.
A mi hijo Eliseo para que recuerde a su madre y sepa cómo escribía y pensaba
Pensamientos
Fragmento
La misión de la madre en el mundo nace en el amor y termina sellada por el dolor.
Revelarse contra el sufrimiento es grave error, porque Dios es más fuerte y más bueno. La solución es la paz y la resignación. La solución para el que sufre es saber soportar su dolor, de ahí pasar a la resignación.
El dolor suele ser la elección que Dios hace de nuestra alma.
Los espíritus pequeños que han crecido para vivir apegados a la tierra les llena el espectáculo que les ofrece el presente; la naturaleza, la sociedad, el hombre; pero las almas grandes, las que sueñan con ideas supresivas a la realidad seca y repugnante; las que anhelan por otro mundo mejor, por otra sociedad más elevada; las almas que tienen hambre y sed de lo justo, de lo noble, de lo bueno, padecen mucho en el mundo y viven esta pasajera vida entre dolores y zozobras por los suyos aguardando la santa hora de otra mejor, mas en armonía con sus pensamientos que llene el abismo de sus purísimos deseos o ilusiones, porque no es vida la que no se alimenta de ilusiones; una ilusión es una antorcha que nos ilumina y nos guía hasta Dios.
La existencia humana debe tener una finalidad, un objeto ya sea en beneficio propio o colectivo, que justifique su presencia, pues toda vida debe encaminarse a un objetivo que la haga digna de vivirse.
La voluntad en el hombre viene a ser su felicidad o su desgracia.
Felicidad y progreso, si la tiene, ruina y desgracia si le falta.
¿Quieres paz y tranquilidad? No manches tu conciencia.
El que piensa, acierta. El que ama, vive y quien cree, espera.
La onda que palpita y se estrella mansamente, en sus rumores canta al Creador.
El astro que aparece entre los árboles del cielo, alaba al Señor.
La flor que abre su pétalos al húmedo beso de la noche, esperando una gota de rocío, tiene en su corola, en su tallo, algo de amor a Dios.
El ruiseñor que a la plácida luz de la luna interrumpe el silencio de la noche con armoniosos cánticos que en mística plegaria al cielo suben; inconsciente, alaba a su Creador. Como lo alaba el sol al levantarse en el oriente. Como la mariposa al romper su larva.
Toda la creación en sus ojos y rumores, canta al Eterno.
¿Y tú, hombre ingrato, qué haces por tu Dios, por tu Creador que vistió en ti sus mayores gracias? ¿en qué inviertes los dones que has recibido? Pides mucho, pides siempre y ¿qué das en cambio de lo que recibes?
Luz Piña Razo.
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